Al montar la CPU debajo del escritorio, se libera valioso espacio en el escritorio, lo que permite un espacio de trabajo organizado y ordenado. Esta optimización promueve un mejor flujo de trabajo y una estética más limpia. Colocar la CPU a una altura y ancho ajustables garantiza beneficios ergonómicos al permitir a los usuarios colocarla en una posición cómoda y accesible. Esto puede ayudar a reducir la tensión en el cuello, los hombros y la espalda manteniendo una postura adecuada mientras trabaja.
Montar la CPU de forma segura debajo del escritorio protege contra golpes, derrames y daños accidentales. Además, algunos soportes cuentan con mecanismos de bloqueo para evitar el acceso no autorizado a la torre de computación, lo que mejora la seguridad en entornos de trabajo compartidos.
La característica principal de un soporte de CPU ajustable es su capacidad para acomodar torres de computadora de varios tamaños. Los usuarios pueden ajustar fácilmente la configuración de alto y ancho para que se ajusten de forma segura a las dimensiones específicas de su CPU.